Hay que desmenuzar la tarde.
Háblame de tus monstruos,
no quiero hacer alarde,
pero sé cómo matarlos.
Los míos murieron de
hambre.
A veces los extraño.
Duermen bajo mis sábanas
perfectas, impolutas,
blancas.
Y dormimos juntos
cuando nos aburrimos
me acompañan.
Soy un barco azul que navega
a la deriva.
Y por algo que no entiendo,
siempre termino hablando
de mí misma.
Pero no soy mala,
No, no soy llama.
(Sí, soy azul)
Sígueme hablando,
cantando, cuestionando.
Recogeré tus gritos,
siempre reservo
mis ganas de entender.
Aunque parezca
que damos tantas vueltas,
sin saber a dónde vamos
seguimos una dirección.
Holi. Leí la entrada en la cama.
ResponderEliminarAunque lo que sí, me pregunto cuál es la dirección en la que vamos.